Al final sí fue súper ruso este libro, pero no de la manera en que yo creía.
Tiene una "sensación" distinta a la ciencia ficción gringa.
Me imaginé todo el libro como una película en blanco y negro, hasta le sentía saltos de aguja en la "pista de sonido"... fue muy raro.
Y el relato es melancólico a morir.
Aparte, tiene una de las escenas más "visualmente" creepy que he leído. Pero eso no es decir mucho, porque no leo terror ni lo consumo en ningún otro formato.
Todavía no sé si me gustó el libro, pero no siento que fue una pérdida de tiempo en lo absoluto.