«En mi caso, ese deambular durante la infancia fue lo que me hizo desarrollar la independencia, el sentido de la orientación y la aventura, la imaginación, las ganas de explorar, la capacidad de perderme un poco y después encontrar el camino de vuelta».

En este libro, Rebecca, lo mismo te habla de su bisabuela, el desierto de Mojave, que de música, la película Vértigo -en este capítulo hay spoilers así que ojito si no la habéis visto- , de las tortugas o los buscadores de oro.
Se trata de una conversación íntima, nostálgica y llena de melancolía hablando en círculos sobre sus experiencias más personales, hiladas con temas universales como la memoria, familia, identidad, viajes, la pérdida o el arte...Conecto muy bien con este tipo de lecturas porque soy un poco como ellas; es fácil verme reflejada en estas exploraciones donde todo parece estar conectado: momentos que te llevan a un recuerdo, una canción, un lugar o una persona.

Mis capítulos favoritos han sido los que llevan por título 'el azul de la distancia' son los más personales, juega con el significado de 'blue' y me han recordado a mi querida Maggie Nelson.
No sé si será una lectura para todo el mundo, es bastante reflexiva y filosófica, algo que puede resultar un poquito denso. Pero si os apetece practicar ese 'arte de perderse', sin duda alguna, entre estas páginas encontraréis un viaje de lo más estimulante.

«El propio miedo a equivocarse puede acabar siendo una gran equivocación, una equivocación que te impide vivir, pues la vida está llena de riesgos y no correrlos ya supone una pérdida»