¡Menudo viaje! Me ha gustado muchísimo esta primera toma de contacto con Thomas Pynchon. Este recorrido por Los Ángeles de los 70 que nos presenta Vicio propio, es bastante... peculiar: divertido, un poco macarra, duro, pero también entrañable. La calidez, sin duda, se la da Doc Sportello, un personaje que me ha ganado por completo.

Aunque a veces tenía que releer ciertas cosas porque no sabía muy bien cómo había llegado hasta allí (un poco como Doc), ¡me lo he pasado como una enana con esta lectura! La trama te atrapa desde el principio, con esos tintes de novela clásica policial, pero, quizá, con un punto más amable.
Todo esto va acompañado por una banda sonora brutal y unas referencias al cine clásico que, personalmente, me han conquistado.

Aún me queda ver la adaptación al cine que hizo Paul Thomas Anderson, pero os digo desde ya que tiene pintaza y curiosamente la primera imagen que me vino a la mente de Doc Sportello, era la de Joaquín Phoenix que, casualidades del "vicio", es quien lo interpreta en la película, seguro que Sortilège tendría una teoría para esto.

Para finalizar, aunque en el libro no aparece, una de las canciones que más le pegan a esta lectura, y que sonaba constantemente en mi cabeza, es "Walk on the Wild Side" de Lou Reed, así que, hacer como Lou y si queréis saber realmente qué es Vicio propio, dejaos llevar por Doc y compañía, el viaje merecerá la pena.

"Bueno, puede que no, Sportello. A veces lo que se va vuelve, pero nunca acaba exactamente en el mismo sitio, ¿te has fijado? Como un disco sobre un plato, lo único que hace falta es variar un surco y el universo se transforma en otra canción completamente distinta".