Este libro se acaba de convertir en una de mis historias favoritas ♥
Está lleno de emociones, enojo, alegría, tristeza, esperanza... Si bien no es un libro de amor, te hace enamorarte de los personajes y querer que todo les salga bien. Lloré como cinco veces, hasta con los agradecimientos. Es así de hermoso.
Conocer a Maya, Grace y Joaquín, ver cómo de a poco empiezan a sentirse hermanos, cómo empiezan a ser el respaldo de cada uno cuando sienten que se van a caer, ver cómo crecen juntos después de tantos años separados es todo un privilegio. Los tres tienen perspectivas únicas, se van abriendo de a poco, con el lector y con sus hermanos. Al principio tenía mis perspectivas favoritas, pero para el final, leer a los tres me encantaba.
La familia es el tema central de este libro, tanto la biológica como la que está ahí para vos, aún si las cosas salen mal a veces, sin condiciones. Es muy interesante ver cómo en este libro los personajes nacen en una familia que no es su familia de sangre, y eligen hacer parte de esa familia a la biológica, cuando por lo general es al revés. Nunca vi padres en libros que sean tan atentos, cariñosos y presentes como en este libro, y disfruté cada segundo ♥ Amé poder vivir la experiencia de cómo es tener hermanos, desde nacimiento o empezar a tenerlos de grande.
Esta es una historia para enamorarse, de los personajes, de las cosas por las que luchan, de los lazos que forman, de la vida que construyen y reconstruyen apoyándose entre sí. Es sobre encontrarse uno mismo en otros, tan distintos como iguales. Disfruté cada segundo, aún si me enojé mucho cuando las cosas no les salían a los tres hermanos; quería protegerlos y que puedan tener el mundo; quería que tengan un final feliz.