A review by iridiux
Amor con amor se paga by Sarah MacLean

1.0

He terminado este libro.

Reseña corta:



Reseña larga:
Agárrense los nachos que nos vamos de viaje.

Empecemos por el principio. La dedicatoria de este libro es tal cual:
Para todas las chicas que llevan gafas.

Fue leer esto y pensar «Madre mía la que se me viene encima». Es frase de estar turbo delusional con la vida, de que has consumido demasiadas pelis románticas de los 2000s y te has creído sus movidas, es tuiter MacarronesConTomatico antes de que Meloncio Musgo lo convirtiese en un secarral de plantas que dicen SoloSoyUnaChicaHelloKittyBombardeenALosMarrones.
Así sí, empieza la cosa ya torcida, pero no pasa nada, pensé, soy lector de romántica cishetero, estoy curtidísimo en temas de vergüenza ajena, seguro que no es para tanto. Joder, lo equivocado que estaba. Que empiece la novela que vais a ver mi descenso a la locura.

Ser listo es, desde luego, un concepto
Los dos protagonistas de esta historia, Cross y Philippa, son descritos desde el principio como unas personas inteligentísimas y la forma que tiene la autora de mostrarlo es que primero de todo, saben sumar. Londres, 1831, si me dicen que son proletarios pues lo puedo comprar, si son alta sociedad londinense pues macho, que quieres que te diga, en el resto de tus libros lo has tratado como algo normal.
Dejando el plano económico, también son listísimos porque, atención, en su habitación tienen globoS terráqueoS, ábacoS y libros. Joder, yo me maté en el plurar de globo, ¿¿¿¿pa qué quieres tener más de uno????
Seguidamente ya pasamos al punto de vista de Philippa, Pippa para los colegas, y se puede resumir en «Ay, que rara soy, tengo gafas y curiosidad por la botánica y la anatomía.»

Imagen sin contexto
Joder y lo de la anatomía lo usa la autora mucho para, por algún motivo, enfatizar que Pippa no es como las demás chicas pero de forma completamente absurda.
Es común en estos libros usar «turgentes músculos» y demás frasecitas que dan lache, pero aquí como Pippa es MUY inteligente hace lo mismo pero tal que «que interesantes los músculos del brazo de semejante espécimen, tiene uno cúbito y un radio fascinantes».
A cada momento que he pasado con este libro se me ha curvado más la espalda, si me hago una foto ahora parezco un gambón.

Escribir inteligencia
Es muy común en la ficción tener personajes superinteligentes cuyos planes al final no dejan de ser dos palos atados con hilo dental. Esto principalmente pasa porque, bueno, para escribir a alguien inteligente el que lo hace al menos tiene que aparentar serlo y no siempre se da el caso. Y claro, ves el plan, ves que es una absoluta gilipollez y se te cae un poco el personaje.
Pues aquí pasa eso todo el rato. Estoy en la cima de la cueva Tianmen Shan y a cada página que pasa me caigo más y más por los escalones, y claro cuesta levantarse porque son estrechos y me vuelvo a caer porque a ver quién coño mantiene el equilibrio ahí y así los 999 (novecientos noventa y nueve escalones, aproximadamente dos por página).
Para leer este libro hay que tener una alto resistencia al cringe, porque de verdad que dan lache cada una de sus páginas. Ojalá no fuera así, lo habría leído con más ganas, pero sin exagerar este libro me quitaba las ganas de leer cada vez que lo cogía.
Así que bueno, os voy a compartir algunas de las mejores frases.
TW: cringe demencial
—Me oíste, me escuchaste de verdad. No te importó que fuera rara. De hecho, parecía que te gustaba.

A fin de cuentas, el corazón no estaba hecho de porcelana, sino de tendones y sangre, era un músculo robusto y sorprendente.
Pero allí, en aquella extraordinaria sala, rodeada de gente alegre que se divertía sin pensar, de la parte más escandalosa de Londres, amplió sus conocimientos de anatomía.
Al parecer, un corazón sí podía romperse.

«Dos más dos» la definían a la perfección

—Me juré a mí mismo que no miraría atrás.
—Como Orfeo —musitó ella.
Él curvó los labios con ironía.
—Eres demasiado lista.

Dio gracias a Dios por disponer de locomoción bípeda.


Escenas de sexo
Si hay algo que he llevado mal en el libro son las dos escenas de sexo que han habido. Menos mal que es el libro de la autora con menor cantidad (hasta ahora) porque probablemente si no me pillaba un vuelo a Providence, RI, Estados Fallidos y me suicidaba en la puerta de la casa de MacLean.
Pero jesus que vergüenza ajena más grande, que vas a follar, que estás follando, no hace falta que me enumeres huesos en latín para ser la más lista de la clase.
—Eres hermoso —susurró al tiempo que dejaba que sus yemas resbalaran por los brazos hasta llegar a las muñecas.
Él la miró con los ojos entrecerrados.
—Me alegro de que te guste.
Pippa sonrió.
—Oh, me gusta mucho, milord. Eres un espécimen extraordinario.
Los dientes blancos de Cross volvieron a brillar en la oscuridad cuando ella recobró el valor y se animó a seguir acariciando, dibujando ahora los antebrazos, maravillada por las sensaciones.
Flexor digitorum superficialis, flexor capri radialis… —recitó de memoria—. Biceps brachii, tricipitis brachii… —Siguió subiendo. Al llegar a los hombros, se deleitó con la manera en que se contraían los músculos bajo su contacto—. Deltoideus… —Y bajó por el pecho—. SubscapularisPectoralis major
Guardó silencio mientras rozaba la curva de ese músculo, recorriendo el paisaje masculino, los valles de su cuerpo. Lo oyó contener el aliento cuando rozó los pezones. Él se arqueó hacia sus dedos y ella se quedó quieta para deleitarse en su poder. Cross buscaba su contacto, lo deseaba. Repitió la caricia, en esa ocasión con los pulgares.
Él siseó de gozo al tiempo que dejaba caer su ancha mano en la parte interior de la rodilla de Pippa, que se estremeció de placer.
—No te detengas ahora, cariño. me estás seduciendo de una forma que jamás había experimentado —confesó mientras movía los dedos a lo alto de la rodilla—. Dime, ¿qué músculo es este?
—El vastus medialis.
—Mmm… —Cross deslizó la mano más arriba—. ¿Y este?
Rectus femoris —repuso ella con un estremecimiento.
Deslizó las yemas hacia el interior del muslo.
—Chica lista… ¿Y este?
Adductor longus… —Subió más—. Gracilis

De verdad que genuinamente creo que la autora intentó escribir un personaje listo, se equivocó de página en TV Tropes y se metió en la del autista mágico que usaban les escritores de 1990s.
[...] él se acomodaba entre sus muslos para hacer el amor a su mente [...]

Es que de verdad, esto qué es????????????


Ya está, la peor experiencia de vida leyendo. Por fin se ha terminado. No recomiendo.