Leer este libro me enseño dos cosas importantes:
1-. Nunca te subas al tren del hype demasiado rápido.
2-. Nunca empieces a leer a un autor por su ópera magna.
Lo primero que leí de Sanderson fue el archivo de las tormentas, y después de eso, Mistborn te parece regular. Incluso Elantris me pareció mejor.
No me malentiendan, de Sanderson yo me leería hasta la lista de la compra, pero después de que me anunciaran Mistborn como el Santo Grial me sentí... francamente decepcionada con lo que obtuve.
Los personajes están bien, pero a parte de Vin y Kelsier, los sentí un poco en el tintero a todos.
La trama la sentí un tanto apresurada, y el final me dejó helada. Leyendo el gran enfrentamiento entre el Lord Legislador y Vin, lo único que se me pasaba por la cabeza era "¿Y esto es todo?".
Me esperaba algo un poco mejor después de que Lord Legislador matará de un solo golpe a Kelsier.
Pero hablemos de Kelsier, mejor cosa de la novela junto con el sistema de magia, ojalá una novela sólo con él.
Pero por encima de todas mis quejas, es una novela muy entretenida, y un gran inicio a Brandon Sanderson. Ver a la banda planear y ejecutar el golpe siempre va a ser un placer, y seguir a Kelsier entrenar y estrechar lazos con Vin te tiene que calentar el corazón sí o sí.
Y las reflexiones sobre los imperios siempre serán mi tea, siendo sinceros.