A review by cyane
Herbert West: Reanimator by H.P. Lovecraft

5.0

A la mitad de la lectura comenté con Alejandro que una de las cosas que más me daban repelús (y vaya que en el texto se incluyen muchísimas), es que el narrador, colega "a fuerza" de West, es siempre atraído a seguirle, a ser partícipe de sus experimentos, de sus ideas y a ser siempre el testigo de toda la maraña oscura que al final va envolviendo a ambos en un viaje que sólo es de ida. Lejos de que me diera asco, como tal, la situación de la reanimación, es más el hecho de que al narrador jamás se le pasó por la cabeza irse, dejar de estar ahí presente, dejar de prestar su mano para hacer en conjunto y seguir replicando las aberraciones/los experimentos de Herbert West. Es lo que más me caló hasta los huesos: esa indefensión aprendida, como un destino maldito que el narrador simplemente acepta hasta las últimas palabras de cierre.

Al terminar la última parte siento un nudo en la garganta que puedo nombrar como un desasosiego ante lo inevitable, porque nada podía haberle movido de ahí a ninguno de los dos, ni extrínseca ni intrínsecamente. Abrazando ese triste, horroroso destino, la poca humanidad de ambos es vista de distintas maneras porque al menos, en lo personal, West cuenta con un motivo; pero ¿y el narrador? Maniatado (emocional y mentalmente), no le queda más que ver.

Y eso me aterra mucho más que el tema de la reanimación que, aunque mal y todo lo que conlleva, sé que de cierto modo no es posible todavía ni me interesa saber si lo será próximamente. Pero maniatar mentalmente a alguien con puro terror y bajo amenaza muda con muchas pizcas de peligro, eso sí es posible en cualquier lugar, cualquier época, cualquier momento.