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A review by eibi
En la ciudad líquida by Marta Rebón
«La empatía, esa emoción camaleónica, nos permite hacer nuestros los sentimientos ajenos, entender otra manera de pensar. La lectura, además es una aventura intelectual trepidante. Para André Gide leer a un escritor no era solo hacerse una idea de lo que éste decía, sino irse de viaje con él» .
Viajar con Marta Rebón a través de ciudades, libros, vida de autoras y autores, experiencias personales, historias.. ha sido una delicia; «leer nos sitúa en un espacio intermedio: a la vez que dejamos nuestro yo en suspenso, nos vincula con nuestra esencia más íntima»
Así me he movido por sus páginas: entre mi yo suspenso y mi esencia más íntima: la lectora, la viajera, la contadora de historias y anécdotas, la silenciosa y solitaria, la que tiene ganas de compartir constantemente experiencias y momentos...
Sigo tejiendo el viaje: «Existe una tradición japonesa que se remonta a finales del S.XV el kintsugi, consistente en reparar piezas de cerámica rotas mediante el encaje y la unión de sus fragmentos con barniz de oro. Así, la cerámica recupera su forma original, si bien las cicatrices doradas y visibles transforman sus esencia estética y evocan el desgaste que el tiempo obra sobre objetos e individuos, la mutabilidad de la identidad y el valor de la imperfección»
¡Vivan las imperfecciones! Este fragmento me recordó mucho a uno de mis pasajes favoritos de 'La ciudad solitaria' de Olivia Laing, en referencia al Arte dice: «tiene la capacidad de crear intimidad; tiene su manera de curar heridas y, mejor aún, de mostrar que no todas las heridas necesitan curarse y no todas las cicatrices son feas» Maravillosas ambas.
Un libro donde habitan esas ciudades líquidas que a veces nos traen un poco de cabeza, pero que en el fondo adoramos, porque son parte de nuestra historia, de lo que somos.
Hace un tiempo escuché una frase de la que soy muy fan y puede resumir muy bien mi experiencia con esta lectura «hay gente que te abraza y te reinicia», yo digo: hay libros que hacen lo mismo. Este pequeño refugio literario ha sido perfecto para comenzar este septiembre líquido...Que fluya.
Gracias Lidia por recordarme que tenía este libro pendiente.
«Los lectores voraces saben bien que las bibliotecas y librerías son un botiquín eficaz para el alma (...) La ficción y la poesía son medicinas para curar la ruptura que la realidad provoca en nuestra imaginación... El eco de las palabras, su ritmo y las imágenes de gran carga emocional inundan y activan los recovecos de nuestra conciencia».