Corto, intenso y al grano.

Spoiler

Magnífica la forma de introducir la felicidad de Omelas. Nos transporta a un festival, un momento cumbre en cualquier cultura en el que se suelen dejar los problemas del día a día y simplemente se vive el (feliz) momento.
Y desgarradoras son las siguientes páginas, mostrando la realidad del pueblo ideal. Como todo su triunfo está sustentado sobre la miseria de una criatura, una que todo el mundo conoce.
Prosigue con un acto de convencimiento, la narradora nos muestra la alineación del pueblo y nos justifica e intenta convencernos de que así es lo mejor. Que se perdería más que se ganaría con el cambio; que ni siquiera la criatura quiere el cambio pues está adecuada a la otredad, al desarraigo, al desprecio.
El final es agridulce pero esperanzador. La ciudad se mantiene, prosigue pese a que todo el mundo conoce la terrible verdad; pero hay gente que no pude soportarla y se va. No pueden soportar la miseria de la criatura, no pueden tener ese cargo de conciencia sobre ellos y prefieren lo otro a una felicidad sustentada sobre mezquindad.

No le falta ni le sobra nada, la longitud justa para lo que quiere narrar.
Y las ilustraciones que acompañan la edición son una delicia que siguen el flujo del lector desde la ingenua felicidad a la oscura realidad.
Muy recomendado.