Sin duda esta es la novela más floja del Cosmere, y siento que se hubiera salvado de haber tenido más desarrollo.
Todo se sintió muy superficial, pero la peor parte del pastel sin duda se lo llevaron Siri, Encendedora y Vivena; las pobres están escritas de pena y únicamente Vivena tiene algo parecido a desarrollo de personaje, aunque también nos quieran que Siri también tuvo desarrollo (que tal vez lo tuvo, pero por las prisas no se sintió como tal).
El mundo es fresco, pero me faltó ver más.
Sin embargo es una lectura disfrutable, y no voy a negar que Sondeluz se ganó mi amor eterno.