Gallant es una novela que, en mi caso, se queda en un 3 sobre 5. La premisa inicial es prometedora, pero la experiencia de lectura tiene altibajos.

Lo positivo:
Uno de los aspectos más destacables de la novela es, sin duda, su atmósfera gótica. Schwab logra crear un ambiente envolvente que recuerda a los clásicos del género, con elementos como una protagonista femenina decidida, una mansión misteriosa y aislada, una familia llena de secretos, y un internado para niñas con una aire muy al estilo de Jane Eyre. La presencia de fantasmas y las tensiones familiares añaden intriga y crean una sensación de inquietud que engancha al principio. La promesa de desentrañar los oscuros secretos de la familia y la mansión de Gallant es lo que más me atrajo y lo que mantiene el interés en la historia.

Lo menos positivo:
Sin embargo, el desarrollo de los personajes y la trama no me han dejado muy satisfecha. Aunque los elementos del gótico están bien construidos, siento que la historia no profundiza lo suficiente en los personajes ni en sus motivaciones. Las relaciones entre ellos se quedan en la superficie. Además, los misterios que se presentan a lo largo del libro no terminan de resolverse de manera del todo clara. La sensación de que los elementos clave no se desarrollan a fondo han hecho que, al avanzar en la lectura, me sintiera algo perdida y fuera decayendo mi interés.

El final:
Para mí el mayor problema está en el tramo final del libro. Lo que debería haber sido el clímax de la historia se vuelve algo confuso e incluso aburrido. Los giros que se desarrollan en el desenlace no me han generado el impacto que deberían y eso, para mí, desluce el potencial que la novela prometía al principio.