Fantástico libro para acabar el año. Me ha gustado mucho.
Narra la historia de Lady Slane, octogeniaria, que se acaba de quedar viuda y por fin decide tomar las riendas de su vida, a pesar del "qué dirán" y de las recriminaciones de sus hijos.
El libro tiene un ritmo pausado, siendo la mayoría un monólogo interior de la protagonista. Pero está lleno de melancolía, nostalgia y un gran sentido del humor. Mientras que las partes de Lady Holland tienen un lenguaje más poético, las partes de los hijos son mucho más sarcásticas e irónicas, llenas de crítica social. En cierto sentido me ha recordado a Jane Austen (si hubiera llegado a anciana).
Una pequeña joya.