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A review by eibi
El libro de las lágrimas by Heather Christle
«Prefiero llorar con un amigo, pero últimamente paso mucho tiempo sola».
Hoy vengo aquí a reivindicar las lágrimas y el llanto. Ya sea por alegría, tristeza, cansancio, rabia, impotencia, miedo, ternura..., es una de las emociones más bonitas, catárticas y sinceras que tenemos. ¿Por qué nos avergüenza y la menospreciamos tanto?
Me enfada mucho cuando la gente identifica llorar con debilidad, cuando para mí es todo lo contrario, una señal de fortaleza. «tan pequeñica y sincera, aunque me vean ustedes, no crean que tengo miedo, que me atrevo con cualquiera...»
No solo se llora de tristeza o dolor, a mí me emocionan mucho los gestos de bondad y ternura, por ejemplo...y así una canción, una película, un momento feliz o un recuerdo; visitar ciertos lugares, despedirnos de ellos; una lectura...logran abrir esas compuertas que muchas veces ocultamos para dar una imagen de (falso) aplomo.
«Algunas mañanas me despierto con una sensación intensa que no puedo identificar como ganas de llorar, o de escribir un poema, o de follar. ¿Todo a la vez? Mi cuerpo ha clasificado el impulso en un índice de referencias cruzadas».
De todo esto y más habla Heather Christle en este maravilloso, honesto y precioso libro. Un pequeño mapa de lágrimas que conectan arte, cultura, música, feminismo, maternidad, enfermedad mental o violencia. A pesar de ser un libro fragmentario, cada párrafo encaja perfectamente con el siguiente, formando un relato compacto y coherente repleto de poesía... y también humor.
«Un día le digo por teléfono que si empiezo a llorar quiero que se ponga a cacarear como una gallina. Cuando me tiembla la voz, Emily se asusta y empieza a graznar como un pato. Y entonces río y lloro a la vez -con lágrimas, mucho ruido y agradecida- y es como si el corazón se me volviera del revés».
Hay que dar espacio y aire a las emociones para evitar que se enquisten. Si la manera de expresarlas es a través de las lágrimas, no pasa nada. Hay muchos momentos que nos emocionan, este año más si cabe, por eso deberíamos hacerlo con orgullo y no subestimar a quien lo hace.
Ojalá no perdamos nunca la capacidad de emocionarnos.
«¿Y si entre lo cantos de tristeza pudiese oír también un estribillo de dulzura?».
Hoy vengo aquí a reivindicar las lágrimas y el llanto. Ya sea por alegría, tristeza, cansancio, rabia, impotencia, miedo, ternura..., es una de las emociones más bonitas, catárticas y sinceras que tenemos. ¿Por qué nos avergüenza y la menospreciamos tanto?
Me enfada mucho cuando la gente identifica llorar con debilidad, cuando para mí es todo lo contrario, una señal de fortaleza. «tan pequeñica y sincera, aunque me vean ustedes, no crean que tengo miedo, que me atrevo con cualquiera...»
No solo se llora de tristeza o dolor, a mí me emocionan mucho los gestos de bondad y ternura, por ejemplo...y así una canción, una película, un momento feliz o un recuerdo; visitar ciertos lugares, despedirnos de ellos; una lectura...logran abrir esas compuertas que muchas veces ocultamos para dar una imagen de (falso) aplomo.
«Algunas mañanas me despierto con una sensación intensa que no puedo identificar como ganas de llorar, o de escribir un poema, o de follar. ¿Todo a la vez? Mi cuerpo ha clasificado el impulso en un índice de referencias cruzadas».
De todo esto y más habla Heather Christle en este maravilloso, honesto y precioso libro. Un pequeño mapa de lágrimas que conectan arte, cultura, música, feminismo, maternidad, enfermedad mental o violencia. A pesar de ser un libro fragmentario, cada párrafo encaja perfectamente con el siguiente, formando un relato compacto y coherente repleto de poesía... y también humor.
«Un día le digo por teléfono que si empiezo a llorar quiero que se ponga a cacarear como una gallina. Cuando me tiembla la voz, Emily se asusta y empieza a graznar como un pato. Y entonces río y lloro a la vez -con lágrimas, mucho ruido y agradecida- y es como si el corazón se me volviera del revés».
Hay que dar espacio y aire a las emociones para evitar que se enquisten. Si la manera de expresarlas es a través de las lágrimas, no pasa nada. Hay muchos momentos que nos emocionan, este año más si cabe, por eso deberíamos hacerlo con orgullo y no subestimar a quien lo hace.
Ojalá no perdamos nunca la capacidad de emocionarnos.
«¿Y si entre lo cantos de tristeza pudiese oír también un estribillo de dulzura?».