4,5/5 estrellas

Un nuevo volumen de La emperatriz abandonada en el que Aristia sigue luchando por cambiar su destino y el de sus más allegados.

Ha pasado un tiempo desde que Aristia regresó a su yo de diez años, pero la pobre siente que todo lo que está haciendo no sirve realmente para nada. Se acerca la mayoría de edad de Ruve y Aristia no para de entrenar y llevar las cosas de la casa, mientras su padre está fuera en una misión, hasta llegar a la extenuación. Por suerte no se encuentra sola del todo, ya que cuenta con las visitas de Carsein, y además vuelve su gran amigo Allendis, aunque esa amistad esté a punto de pasar por un bache.

La historia avanza poco a poco, estoy deseando que llegue el salto de tiempo y Aristia crezca, porque ahí es donde empieza lo mejor de este manhwa. Aun así ya hay un gran avance en este volumen y llega de la mano del padre de Aristia, que declara sus intenciones durante la fiesta de mayoría de edad de Ruve.

En cuanto a los personajes, todavía no hay una gran evolución a simple vista, aunque ya se puede ver que Allendis tiene alguna intención oculta con respecto a Aristia y Ruve siente cada vez más curiosidad por ella y quiere saber la razón por la que suele estar tan nerviosa, rozando el terror, a su lado, además de que tienen un pasado en común que Aristia no recuerda.

Un tercer volumen a la altura de los dos primeros, con una historia que cada vez va dejando ver más cosillas y deja con ganas de más. Destaco siempre el dibujo de Ina, que me encanta con todos los detalles que tiene en la ropa de los personajes y sus peinados, y la edición de Norma.