Increíble. Cautivador y atrapante.

Parte del interés del Paraíso es que no sabemos cómo es, o incluso si existe.

Así como, en vida, no podemos saber si existe un Paraíso, tampoco podemos conocer el final de las historias de David, Kiwika o Charlie: sus vidas como las conocen se acaban y este nuevo renacer —un nuevo renacer en el Paraíso— es inaccesible para los que estamos vivos. Es imposible saber el destino de los que ya no están. 

En estas tres historias tenemos tres protagonistas con situaciones precarias, quienes se enfrentan a la disyuntiva entre lo que podría ser una vida mejor (El Paraíso) y su vida actual, la cual no es muy prometedora. Tres viajes en mundos muy diferentes que, de alguna manera, laten de forma similar.