La serie de la Mazmorra intenta ser un libro de Philip J. Farmer sin serlo, y se nota. Algunas ideas interesantes, un aire de aventura que recuerda por momentos al Mundo del Rio... pero sin llegar a alcanzarlo.

La sucesión de autores en la serie tampoco ayuda, de forma que la primera y la última pueden casi leerse de forma unitaria sin recurrir a las demás.

En la primera novela seguimos al bien definido protagonista, un héroe victoriano, en una enloquecida aventura a un lugar imposible. Se plantean un montón de preguntas, se abren un montón de interrogantes que sólo serán contestados (o olvidados) en el último tomo de la serie.

Una lectura entretenida.